Fue el descubrimiento de tres fósiles de dinosaurios específicos lo que llevó a la comunidad científica a reconocer y clasificar una nueva especie en el planeta. Esta especial criatura no fue otra que el famoso dinosaurio. Conozcamos un poco la historia de su descibrimiento.
Las personas han sido testigos de hallazgos muy impresionantes desde hace cientos, incluso miles de años. En Wucheng, Sichuan, China, fue encontrado hace más de 2.000 años lo que se describe como los “huesos de un dragón”. Muchos griegos antiguos y romanos también encontraron sus propios fósiles de dinosaurios, originándose por ello la leyenda de que existían ogros y grifos. En Inglaterra en 1676, ocurrió el descubrimiento de un hueso fémur y se creyó que era el hueso de la pierna de un gigante. Sin embargo, no fue hasta el año 1763 que se publicó un informe oficial por R. Brookes, donde se hacía referencia al descubrimiento de un hueso de dinosaurio. Desde una perspectiva científica, este había sido el primer dinosaurio descrito, que no era otro que el Megalosaurus. William Buckland fue quien les dio nombre a esta especie de dinosaurio. Buckland fue un clérigo y devoto cazador de fósiles que descubrió una colección de enormes criaturas. El nombre científico oficial, Megalosaurus Bucklandii, le fue asignado por Gideon Mantell y se reconoció como el primero de los dinosaurios terópodos. Esta descripción se produjo a pesar de que la palabra “dinosaurio” todavía no había surgido ni el grupo taxonómico específico que separaba a los dinosaurios como un género de criaturas separadas.
Otros hallazgos de fósiles se remontan al descubrimiento de la especie de dinosaurios conocida como el Iguanodon, por Gideon Mantell en 1822, en Sussex, Inglaterra. El Iguanodon fue descrito como un animal herbívoro que tenía un pico de pato. Gideon Mantell fue también un ávido cazador de fósiles, que dio nombre a otras especies de dinosaurios como el Hylaeosaurus, en 1833. El Hylaeosaurus fue otro dinosaurio herbívoro que tenía una cubierta protectora en su cuerpo.
Los dinosaurios no recibieron oficialmente su nombre como un grupo taxonómico específico hasta 1841. El nombre oficial se derivó originalmente de la palabra griega “deinos” y la palabra griega “sauros”. Sir Richard Owen fue quien nombró a estos animales extintos, colocándolos en un suborden de criaturas gigantescas. Sir Richard Owen, un anatomista conocido y respetado, fue el primero en darse cuenta de las similitudes que existían entre los tres primeros descubrimientos de fósiles de dinosaurios, el Megalosaurus, el Iguanodon y el Hylaeosaurus. Las características que los tres dinosaurios tenían en común eran sus patas, que lucían como columnas y sus vértebras seccionadas que se unían a la región de la cintura pélvica.
Algunos descubrimientos norteamericanos hablan sobre el hallazgo de un hueso de una pata, en 1787 por el Dr. Caspar Wistar en el condado de Gloucester, Nueva Jersey. Otro tuvo lugar en la famosa granja John Hopkins en Haddonfield, Nueva Jersey, en 1838. Este descubrimiento fue realizado por William Parker Foulke. Su hallazgo fósil fue un esqueleto de dinosaurio casi completo.
Incluso en la actualidad, los paleontólogos continúan desenterrando restos de diferentes especies de dinosaurios porque estas criaturas extintas aun siguen cautivándonos y seguirán haciéndolo por mucho tiempo. El descubrimiento de la vida y la historia de los dinosaurios continúa.